Entrevista con el sr. Tomás Auñón Alonso dueño del Hotel Velas

En la entrevista con el sr. Tomás Auñón Alonso dueño del Hotel Velas nos contó:
Irrumpieron violentamente en la propiedad privada conocida como Club Las Velas
aproximadamente 15 personas, para lo cual cortaron la malla que se
tenía colocada al frente de la propiedad para evitar el ingreso de
personas extrañas. Unos llevaban uniforme oficial y la mayoría ninguno,
solamente se ostentaban como elementos enviados por la Fiscalía del
estado. Uno de ellos me informó que el operativo era por orden del Sr.
Alberto Díaz Paoli. Pedí hablar con él, pero me informaron que estaba
afuera. Debido a mi falta de movilidad les pedí lo llamaran a la entrada
de la propiedad, me dijeron que el señor contestó que él no tenía por
qué hacer eso y se retiró. Los trabajadores que venían con ellos tenían
hachas y machetes y se apoderaron de la zona federal. Dijeron que
tenían un oficio de la Fiscalía, el cual no nos enseñaron ni se identificaron
con alguna placa o gafete. Delimitaron la zona federal (según sus
medidas, que no sabemos cuáles son ni donde la obtuvieron)
irrumpiendo en nuestra propiedad, con cinta amarilla y en días siguientes
colocaron alambre de púas en todo el perímetro, sencillo al principio y
doble después. Todo esto con el fin de impedirnos el paso. El concepto
de “asegurar” la supuesta zona federal atenta contra nuestros derechos,
ya que este terreno fue comprado a Fonatur en 1984 y desde entonces
no ha cambiado ni movido sus límites. La construcción se hizo de
acuerdo a los planos entregados por y para las autoridades competentes
y a las licencias y permisos entregados entonces, todo dentro de la ley.
Desde ese día entran y salen a su aire libremente pues están apoyados
por la Fiscalía y la zona quedó asegurada.
Hace unos días amanecimos escuchando un taladro mecánico, ya que
empezaron a hacer hoyos para después colocar postes con cemento y
malla todo alrededor, limitándonos el acceso a distintas áreas de la
propiedad como el área de restaurantes y la oficina a la cual debido a mi
poca movilidad la única forma de entrar a ella sería brincando un murete,
lo cual me resulta imposible. Tampoco puedo llevar a cabo mi trabajo,
recibir gente que viene a ver asuntos de trabajo conmigo ya que no
podrían ingresar. Dentro quedaron todos los papeles y documentos con
los que trabajo, computadora etc. Simultáneamente con este operativo
se llevaba a cabo otro igual en la propiedad de la Marina Dulché,
asegurándoles igualmente la zona federal y colocando también postes y
malla para impedir el acceso.
Como una concesión por ser personas de la tercera edad, habría una
diligencia en la que retirarían la malla temporalmente para que
pudiéramos sacar papeles, documentos, todo lo necesario para trabajar y
que quedó dentro. El Juez Federal dictó la orden de que la la malla y
nos dieran acceso “temporalmente” para retirar los objetos necesarios,
pero se negaron a obedecer la orden (se llevó a cabo la diligencia con la
presencia de dos policías judiciales y ni así se movieron ni un ápice). Al
día siguiente vinieron con su taladro y movieron el poste un metro atrás
(una burla), pero sin abrir paso.

La empresa causante de todo esto se denomina Chi Chi Bichi, S.A. de C.V. y
no es la primera vez que intentaban ingresar. No se los habíamos permitido
pues lo habían hecho de manera poco ortodoxa, como rateros, ya que la
primera vez ingresaron por la zona de playa de la laguna y se hicieron
acompañar por algún personal del Municipio y la segunda intentaron entrar
por el frente igualmente cortando la malla. Llamamos a la patrulla y se
retiraron. En esta ocasión se hicieron acompañar por personal de la Fiscalía.
Ellos sostienen que tienen la concesión de la zona federal, pero la SEMARNAT,
que es la dependencia encargada de estos trámites, nunca nos comunicó de
forma oficial por medio de algún escrito u oficio que habíamos perdido la
concesión y esta se le había otorgado a la empresa Chi Chi Bichi, S.A. de C.V.
Existe un protocolo para ello, el cual no se siguió. Sin ningún respeto a los 35
años que llevamos en esta propiedad, habiéndola construido nosotros mismos
como les constará a muchos de ustedes y sin ninguna consideración a que
nosotros vivimos aquí mismo, fuimos hechos a un lado sin ningún miramiento
y hemos sido víctimas de un trato irrespetuoso, prepotente y arrogante.
La mencionada empresa, Chi Chi Bichi, pretende construir un hotel con 136
habitaciones (otros documentos dicen 156) en 7 pisos y un sótano para
estacionamiento, 4 restaurantes y locales comerciales, todo esto en el
pequeño espacio (área verde) que se encuentra entre esta propiedad y la
Marina Dulché. Esta área cuenta con hermosas palmas reales con 35 años de
antigüedad, ceibas etc. Además, incluyen en su proyecto una marina con
espacio de atraque para 40 embarcaciones a todo alrededor de la propiedad.
Actualmente están en trámites para la autorización de su proyecto en la
SEMARNAT. Dicen que el área no sería impactada, que ya está impactada,
pero nosotros sólo tenemos áreas verdes, una que nosotros creamos y dos
palapas, todo con autorización
Creo que no hay punto de comparación, desde el punto de vista ambiental,
entre su proyecto de hotel y nuestras instalaciones de madera y palapa.
El C. Germán Hernández Cortés, representante de la empresa Chi Chi Bichi,
ha hecho campaña mediática argumentando que ellos tienen la concesión (lo
cual insisto, nunca nos fue comunicado oficialmente) y que es todo legal, pero
la forma en que han actuado no ha sido clara ni transparente. Nunca se
presentaron formalmente, de frente, dando la cara. Menciona que esta
propiedad está abandonada desde el 2001 por problemas legales lo cual no
es verdad. Este hotel cerró en el 2008, no está abandonado y las causas no le
incumben a él ni a nadie más que a las personas y empresas involucradas.
El martes 16 de noviembre del mes en curso se iba a llevar a cabo, por orden
de un Juez Federal, una diligencia en la cual nos iban a “permitir” el acceso a
nuestra oficina para retirar algunos objetos de necesidad básica, para lo cual
quitaron la malla por un corto tiempo, pero ésta no se llevó a cabo pues no le
permitieron el acceso a mi abogado quien iba a acompañar a mi esposa a
retirar los artículos de la oficina. Mi abogado entonces se rehusó a que se
llevara a cabo la diligencia, de lo cual se notificará al Juez. Cabe mencionar
que, a nuestros abogados, que han tenido reuniones con el Fiscal Montes de
Oca y el Sr. Paoli, no se les ha permitido el acceso a la carpeta que ellos
tienen integrada a pesar de que se les ha solicitado varias veces.