Con sus novelas y escritos, esta escritora británica se convirtió en uno de los máximos símbolos del feminismo y modernismo literario del siglo XX. De hecho, su ensayo Una habitación propia, que data de 1923, es uno de los textos más citados por el movimiento. La escritora sufrió varias depresiones a lo largo de su vida, y la primera de ella fue a los 13 años con la muerte de su madre. En los años siguientes, además, fue víctima de abusos sexuales por parte de sus hermanastros, creándose en su interior una fuerte mentalidad de lucha contra el machismo que plasmó en su obra.