El apagón masivo en la Península de Yucatán ocurrido el 26 de septiembre afectó a más de 2.26 millones de usuarios en Quintana Roo, Yucatán y Campeche, lo que representa más del 90% de las conexiones de la región. La interrupción eléctrica, provocada por una falla en una línea de transmisión de 400 kV, impactó directamente a hogares, comercios, hoteles e industrias, con pérdidas económicas millonarias.
La COPARMEX Quintana Roo manifestó su “más enérgica preocupación” ante este evento que evidenció la vulnerabilidad de la infraestructura eléctrica regional. Hoteles, restaurantes y comercios de alimentos reportaron pérdidas estimadas entre 10,000 y 50,000 pesos por establecimiento, además de gastos extraordinarios por el uso de plantas de emergencia.

El organismo empresarial urgió a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y al gobierno federal a implementar medidas inmediatas, entre ellas: modernización de la red eléctrica, planes de mantenimiento preventivo, sistemas de respaldo tecnológico confiables y protocolos de comunicación claros para la ciudadanía y el sector productivo.
La confederación advirtió que garantizar un suministro eléctrico estable no solo es indispensable para la productividad y competitividad del sureste mexicano, sino también para la seguridad social y el desarrollo sustentable de la región.
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